Yo aprendí a quererte cuando todavía te drogabas. Aprendí a amarte así. Que hayas dejado de hacerlo no te hizo exactamente mejor persona. Sólo hizo que lo que nos enseñabas también se trasladara a vos, te hizo un poquitito más real y creíble (aunque yo creía en vos sin que hicieras eso). Pero te dio más tiempo de vida. Sonaré egoísta pero: más tiempo para que me salves. Antes, eso sí, te salvaste a vos mismo. Y eso es, en tal caso, lo que me salva todo los días: tu vida. Tu existencia. Así que este es, además de tu segundo cumpleaños, el mío.
Felices seis años, amigo. Por muchos más. Te amo con todo el corazón, pero eso vos ya lo sabés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario